Por Alejandro Ariza en Miércoles, 17 Diciembre 2025
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Guayabo: lo que la gente hace vs. lo que realmente debe hacer

 

 

Con la llegada de las celebraciones de fin e inicio de año, el consumo de alcohol se incrementa de manera considerable, especialmente entre la población joven, y este aumento se refleja directamente en los servicios de urgencias del país. Durante estas fechas, particularmente Navidad y Año Nuevo, el Hospital Infantil Universitario de San José registra un incremento anual estimado entre el 20% y el 40% en atenciones por intoxicación alcohólica en jóvenes. Este fenómeno no solo obedece al consumo excesivo, sino también a prácticas desinformadas sobre cómo manejar la resaca, lo que agrava síntomas como deshidratación, malestar gastrointestinal, alteraciones neurológicas y complicaciones derivadas de mezclar alcohol con medicamentos, energizantes o alimentos inadecuados.

Ante este escenario, la institución presenta un análisis técnico y actualizado sobre las prácticas más comunes para enfrentar el guayabo, con el fin de aclarar qué acciones realmente contribuyen a aliviar los síntomas y cuáles pueden resultar ineficaces o incluso peligrosas para la salud.

A nivel cultural, el guayabo suele enfrentarse con una serie de “remedios caseros” transmitidos de generación en generación. Sin embargo, muchos de ellos no tienen sustento científico y pueden empeorar el malestar.

Uno de los más extendidos es “tomar más alcohol al día siguiente”. Sobre este punto, la toxicóloga clínica Dra. Olga Melo es categórica:

Es común observar que muchas personas recurren a consumir alcohol al otro día para que la persona vuelva a estar como ‘prendida’ y así mejoran los síntomas del guayabo. Sin embargo, esta práctica solo prolonga el guayabo y además puede aumentar la toxicidad del hígado.”

El consumo de café o bebidas energizantes también es frecuente, pese a que la cafeína agrava la deshidratación y puede desencadenar taquicardia y ansiedad. A esto se suma la idea de ingerir comidas excesivamente grasosas, una práctica popular que no acelera el metabolismo del alcohol y, por el contrario, incrementa el malestar gastrointestinal y la sensación de pesadez.

Otra conducta riesgosa es la automedicación, particularmente con acetaminofén. Al respecto, la especialista advierte que este medicamento también requiere metabolización hepática, y que “el hígado ya puede estar congestionado por el consumo de alcohol, por lo que su uso sin control puede incrementar el daño hepático”.

Estas prácticas, aunque ampliamente normalizadas, pueden intensificar la toxicidad del alcohol y conllevar efectos adversos importantes, especialmente en personas con consumo excesivo, deshidratación o antecedentes médicos.

Lo que realmente funciona: evidencia, fisiología y recuperación segura

Si bien no existe un “antídoto” para el guayabo, sí hay estrategias basadas en evidencia que contribuyen a una recuperación más rápida y segura. La hidratación adecuada (preferiblemente con sueros de rehidratación oral) ayuda a corregir desequilibrios de líquidos y electrolitos (sodio, potasio y magnesio), reduciendo síntomas como dolor de cabeza, fatiga y sed intensa.

El descanso es igualmente fundamental. Dormir permite que el organismo complete el proceso de eliminación del alcohol y disminuya síntomas como irritabilidad, lentitud mental y cansancio. Asimismo, consumir alimentos suaves y ricos en carbohidratos, como frutas o harinas, contribuye a estabilizar los niveles de glucosa en sangre, que suelen descender después del consumo excesivo de alcohol.

La Dra. Melo también advierte sobre el riesgo de mezclar alcohol con medicamentos, energizantes o sustancias psicoactivas, una práctica que en los últimos años se ha popularizado entre jóvenes y que aumenta significativamente la toxicidad y el riesgo de complicaciones cardiacas, neurológicas y hepáticas.

A pesar de que hay mucha presión social por las fiestas, hay que evitar los excesos. También es importante evitar mezclar alcohol con medicamentos, energizantes o sustancias psicoactivas, porque esto puede empeorar la toxicidad del alcohol y aumentar el riesgo de daño cardíaco, hepático y neurológico”, añade la especialista.

Factores que agravan la resaca y aumentan las intoxicaciones

El análisis del Hospital Infantil Universitario de San José evidencia que gran parte de las complicaciones atendidas en urgencias no solo se relacionan con la cantidad de alcohol consumida, sino con decisiones inadecuadas tomadas durante y después de la ingesta.

Entre los factores más frecuentes se encuentran:

Además, el consumo acelerado, como los shots o retos virales, supera la capacidad del cuerpo para metabolizar el alcohol, lo que genera niveles tóxicos que pueden requerir atención inmediata.

Si bien lo más seguro desde el punto de vista médico es evitar el consumo de alcohol, existen medidas que ayudan a disminuir riesgos:

Cuando el guayabo ya está presente, las recomendaciones clave son: hidratarse con suero oral, ingerir alimentos suaves, descansar y evitar la automedicación.

El Hospital Infantil Universitario de San José enfatiza que se debe buscar atención médica inmediata si se presentan signos de alarma como confusión, somnolencia extrema, vómito persistente o con sangre, convulsiones, dificultad para respirar o dolor abdominal intenso. Estos síntomas pueden indicar intoxicación severa, daño hepático, complicaciones neurológicas o incluso la presencia de alcohol adulterado.

El guayabo no es un simple malestar pasajero; implica deshidratación, alteraciones metabólicas y una sobrecarga tóxica del organismo. Las prácticas populares para “curarlo” no solo fracasan, sino que pueden agravar el cuadro clínico. Comprender cómo responde el cuerpo al alcohol y actuar con criterio informado es fundamental para prevenir complicaciones.

El Hospital Infantil Universitario de San José invita a la ciudadanía a celebrar con responsabilidad, informarse adecuadamente y adoptar hábitos conscientes que prioricen la salud y el bienestar, especialmente durante las festividades de mayor consumo.

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